martes, 12 de enero de 2010

Eres mujer, en femenino, como la Tierra.
Dios te formó perfecta, del bien y del mal repleta, esto y aquello, todo en ti es don; el Diablo añadió la sensualidad.
Te abres, al recibir entregas; progenitora natural como la Tierra.
Albergas en tu ser, lo que da sentido a la existencia.
En tu interior se gestan hermosos pensamientos del creador; de tu vientre nacen milagros. Un misterio esta en proceso.
Te desarrollas asombrándonos los cambios; terrible y tierna Tierra, de sueños y promesas.
Del barro forjada, al fuego de los martirios acrisolada.
Fertilidad impredecible, tu cuerpo es un lugar donde morar, es un arma, es un manjar.
Tus palabras inmutables, animan, destruyen, matan.
Tu mirada es inhóspita si te enfadas, terreno yermo, al que destierras a los necios.
Tu sutil fortaleza me hará hombre, en tus brazos, tras de tus pasos, llevándome de niño a anciano; en el inicio y al final, se reconforta mi cuerpo en tu regazo.