Comer, el más culposo de los placeres; la gula puede matar, pero la culpa no, aunque la culpa no alimenta el cuerpo y menos el alma.
Una mujer con la autoestima tan por los suelos, que si ella misma la pisaba, hasta de eso se regodeaba; y luego estallaba en llanto.
La apuesta entre los Dioses y el Eterno Desconocido.
¿Cuál es el colmo de un ladrón? Que lo asalte la duda.
Nada, en la quieta noche, los sueños son una película muda.
Un momento de inconsciencia tan profunda, que pude burlar a la muerte; estando en mis cinco sentidos, no apostaría por eso.
Jamás podrás ganarle en una discusión a la boca de una .45. Así que dale la razón (el dinero y hasta tu dignidad) aunque no la tenga.
Viene mi hijo con sus dudas, necedades e ilusiones improbables y me hace retroceder más de veinte años en mis recuerdos agridulces; futuro de mierda que insiste en repetirse.
¿Si Dios no existe, para qué lo denuestan o lo defienden tanto?
No has cambiado nada ¡pero ahora te detesto más!
Una mujer con la autoestima tan por los suelos, que si ella misma la pisaba, hasta de eso se regodeaba; y luego estallaba en llanto.
La apuesta entre los Dioses y el Eterno Desconocido.
¿Cuál es el colmo de un ladrón? Que lo asalte la duda.
Nada, en la quieta noche, los sueños son una película muda.
Un momento de inconsciencia tan profunda, que pude burlar a la muerte; estando en mis cinco sentidos, no apostaría por eso.
Jamás podrás ganarle en una discusión a la boca de una .45. Así que dale la razón (el dinero y hasta tu dignidad) aunque no la tenga.
Viene mi hijo con sus dudas, necedades e ilusiones improbables y me hace retroceder más de veinte años en mis recuerdos agridulces; futuro de mierda que insiste en repetirse.
¿Si Dios no existe, para qué lo denuestan o lo defienden tanto?
No has cambiado nada ¡pero ahora te detesto más!
Dije
que sí te creía, esa
fue una mentira que ni yo mismo podía creer.
¿Por qué no puedo dedicar todo mi tiempo a las
cosas que me gusta hacer? Y en cambio debo emplear muchas horas al trabajo.
Es
un razonamiento infantil.
Nadie
debería saber que va a morir, simplemente que le llegue la hora, ya sea debajo
de las ruedas de la mala suerte ó aplastado por el peso inevitable de la misma
vida.
Tienes lo que resta de este día para seguir compadeciéndote o sencillamente hacer lo que debes. ¿Mañana?