lunes, 28 de febrero de 2011

Una sola palabra, hallada en la soledad de tu alma.
Una semilla que por si sola germina.
Un pensamiento toca puerto,
después de andar a la deriva.
Una chispa en la pólvora mojada,
un tizón en las cenizas.
La escarcha rezagada del deshielo,
la primera mariposa del incipiente verano.
El primer llanto, el último suspiro,
un pretexto nimio para sentarse a charlar,
hablar, sin pensar dejas salir las palabras.
Soliloquios mentales que dan escape,
fugarte fantaseando,
imaginar y sentir paz,
por unos momentos todo se va
y tú te vas con todo,
a ningún lugar,
donde todo cabe.
Pero te ahoga la comodidad
y vuelves a huir,
en busca de otra palabra,
novísimo secreto de la sabiduría,
magia para acercar la lejanía,
darle a la noche cesantía,
capturar al sol y prolongar un día,
andar más rápido que el tiempo,
convertido en luz violar la oscuridad,
en silencio volver a la orfandad,
sin nacimiento ni muerte,
no saber nada.
Pero, taimado viajero,
has guardado un recuerdo,
una melancólica tonada,
olor inolvidable de la infancia,
mapa roto de un laberinto,
que te retorna a la ignorancia,
a reintentar sin arrogancia,
mientras dioses y demonios,
discuten tu paradero,
simplemente vas de nuevo,
a inventar otro derrotero,
a ser extranjero en el universo.
Imaginándote.


No esperaba encontrarme estas fantásticas imágenes cuando estaba buscando esta canción de Silvio. Disfrútenlas.