miércoles, 24 de noviembre de 2010

Y mientras tanto, transcurren los segundos, constante marcha, inasible elemento. Se suman formando días numerosos, incontables, perdidos unos, otros memorables, inolvidables; algunos gozosos, luminosos; tantos oscuros, parecen no haber sido vividos, están ahí inmóviles en las sombras de la negación, esperando el olvido, dan la impresión de querer borrarse, pero finalmente se han adicionado a la cuenta, como cualquiera de los demás que se han sucedido desde el principio. Los veo escaparse, todos juntos en muda procesión, a la región del recuerdo, han dejado su domicilio anotado en la memoria.


Algunos se extraviarán, camino a ese lugar, pero no se restan para restituirse en el futuro, son victimas del descuido al cambio de la inalterable sucesión de la luna y el sol, sin embargo sobreviven y saltan enérgicamente cuando un esfuerzo instantáneo los requiere. Lo que llamamos tiempo es estático, invisible, nosotros somos los que aparecemos, transitamos y después de una serie de eventos fortuitos o provocados, sin saber por qué, en un hecho irrepetible fuera de nuestro control, simplemente dejamos de ser y estar, en este sitio en el que todas las cosas, concretas y abstractas tienen nombre, se pueden situar, relacionar, con nosotros o entre si.


Ecos de imágenes, sonidos con forma, palabras parlantes, pensamientos que viven sin tiempo, tiempo que se desgrana donde nadie pretende sentirlo, se desangra en si mismo, vive de lo no vivido y del olvido. Presente descollando en lugares indefinibles, deshabitado, pero no por ser inhabitable, solo está porque es inimaginable. Explosiones silenciosas, se disocian, multiplicándose inconscientemente en un orden sin control. Se esfuman, es más duradera en las cimas la bruma. Es posible su modificación antes de la concepción, influirlas de albedrío domesticado, corregir el total fragmentándolo, un detalle alterado que no cambia visiblemente el resultado. No me refiero a la genética, es dialéctica. Difícil encontrar simetría en la biología, es cuestión de geometría. Navegantes de ensueños, se sumergen en profundas simas de boyas luminosas, sin explicaciones precisas de astronomía, navegan en istmos extensos, usando elementos diversos que parecen inconexos, mas entrañablemente vigentes desde los huesos hasta los besos, presuntamente generados en los sesos. Y ya inventado el método para registrar los sucesos, cada indefectible evento tiene su lugar y momento.