lunes, 3 de diciembre de 2012


Letanía de las Almas

Almas en pena… encuentren su camino.
Almas perdidas… encuentren su camino.
Almas de las cosas... encuentren su camino.
Almas al mejor postor… encuentren su camino.
Almas desorientadas… encuentren su camino.
Almas confundidas… encuentren su camino.
Almas sin alas… encuentren su camino.
Almas abnegadas… encuentren su camino.
Almas de mecha corta… encuentren su camino.
Almas de la calle… encuentren su camino.
Almas de las rutas… encuentren su camino.
Almas valerosas... encuentren su camino.
Almas arrepentidas… encuentren su camino.
Almas indefinidas… encuentren su camino.
Almas luminosas… encuentren su camino.
Almas de la noche… encuentren su camino.
Almas que esperan… encuentren su camino.
Almas exploradoras... encuentren su camino.
Almas de dura coraza… encuentren su camino.
Almas que viven solas… encuentren su camino.
Almas de la violencia… encuentren su camino.
Almas de la cuerda floja… encuentren su camino.
Almas ebrias... encuentren su camino.
Almas del pozo… encuentren su camino.
Almas que caen de la rama… encuentren su camino.
Almas rebeldes… encuentren su camino.
Almas de las campanas... encuentren su camino.
Almas asustadas... encuentren su camino.
Almas bondadosas… encuentren su camino.
Almas sin raíces… encuentren su camino.
Almas turbias… encuentren su camino.
Almas rabiosas… encuentren su camino.
Almas florecientes… encuentren su camino.
Almas esclavas... encuentren su camino.
Almas en guerra… encuentren su camino.
Almas limitadas... encuentren su camino.
Almas impacientes… encuentren su camino.
Almas del verso... encuentren su camino.
Almas víctimas… encuentren su camino.
Almas hechizadas... encuentren su camino.
Almas viciosas… encuentren su camino.
Almas ciegas… encuentren su camino.
Almas que se arrastran… encuentren su camino.
Almas taciturnas… encuentren su camino.
Almas tristes… encuentren su camino.
Almas laboriosas… encuentren su camino.
Almas soñadoras… encuentren su camino.
Almas mudas… encuentren su camino.
Almas feroces... encuentren su camino.
Almas visionarias… encuentren su camino.
Almas ardientes... encuentren su camino.
Almas libres... encuentren su camino.
Almas serranas… encuentren su camino.
Almas pusilánimes… encuentren su camino.
Almas sin par… encuentren su camino.
Almas de la aurora... encuentren su camino.
Almas melódicas... encuentren su camino.
Almas sordas… encuentren su camino.
Almas varadas... encuentren su camino.
Almas sin sueños… encuentren su camino.
Almas indefensas… encuentren su camino.
Almas amorosas… encuentren su camino.
Almas rayo de sol… encuentren su camino.
Almas frágiles… encuentren su camino.
Almas reflejo de luna… encuentren su camino.
Almas guías… encuentren su camino.
Almas perseguidas… encuentren su camino.
Almas necias… encuentren su camino.
Almas del vacío... encuentren su camino.
Almas desquiciadas… encuentren su camino.
Almas soberbias… encuentren su camino.
Almas voraces... encuentren su camino.
Almas sin esperanza… encuentren su camino.
Almas prodigiosas... encuentren su camino.
Almas de polvo estelar… encuentren su camino.
Almas del agua… encuentren su camino.
Almas del aire… encuentren su camino.
Almas de tierra… encuentren su camino.
Almas de madera... encuentren su camino.
Almas de roca... encuentren su camino.
Almas de metal... encuentren su camino.
Almas afiladas... encuentren su camino.
Almas adoloridas… encuentren su camino.
Almas sin carne… encuentren su camino.
Almas viajeras… encuentren su camino.
Almas inmaculadas… encuentren su camino.
Almas desterradas… encuentren su camino.
Almas bulliciosas… encuentren su camino.
Almas quietas... encuentren su camino.
Almas huérfanas… encuentren su camino.
Almas espontáneas… encuentren su camino.
Almas insignes... encuentren su camino.
Almas viejas… encuentren su camino.
Almas sabias… encuentren su camino.


Encuentren su camino en el sepulcral silencio eterno.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Unas gotitas de limón, para dar sabor, a la vida insípida que sin aviso se le presentó. Exprimen de sus ojos lágrimas agrias, recuerdos que ella insiste en retener, come limón con azúcar mientras añora un lugar y un tiempo a los que no puede volver. Zumo ácido baja por su tráquea, arrastra palabras que podrían corroer al pronunciarlas, mejor digerirlas junto con un caldo caliente, de familiar sazón. Corta su verde armadura y el limón llora, vierte un poco en el café de la mañana, después de una noche acre de insomnio. Se acicala, jugo del cítrico para aplacar su cabello, el resto del fruto lo pasa por sus axilas, adentro de su cuerpo el gusto, el aroma en su exterior. Se acuerda cuando maceraba la corteza del limón, para frotarla en sus pechos, luego su amante derramaba mezcal en ellos, más embriagados de lujuria que de alcohol; él hendía su cuerpo, justo en el centro, dos pares de brazos exprimían sudor de esfuerzo y luego de un rato de apretarse mutuamente, quedaban desmadejados en la cama, como cáscaras estrujadas, pero vivas, perladas de efluvios de pasión. Sacude su cabeza y aleja esas imágenes, un buche de tequila y una chupada profunda a medio limón con sal, las penas así tienen una faz más amena. Se promete que de sus ojos verdes claros, mitades de limón maduro, ni una gota más de tristeza volverá a escurrir. Ella sabe que el sabor agrio tiene un dejo de alegría, piensa mientras engarza en su melena azabache, una blanca flor de azahar.

sábado, 17 de noviembre de 2012


Olaf Ochotorena y Omar Ochoa viven en la calle ocho, les dicen los “pochos”, porque durante varios años se fueron al gabacho, de mojados, sufriendo, más que logrando, el sueño americano.
Los dos nacieron el ocho de agosto del ´88; son grandes amigos, varias coincidencias emparentadas con el número ocho los fueron acercando, como la pista Scalextric que compraron juntando sus ahorros, cuando tenían ocho años. A sus dieciocho, pasaban todos los domingos en la calle, jugando tocho; aunque sus familias eran católicas, ellos dos no tenían nada de mochos.
Viven en el número ocho de la calle oriente 8, de la colonia Renovación de 1985, en un viejo edificio que data de la década de los años ochentas, pero del siglo XIX; en los números interiores 80 y 88, respectivamente.
Olaf posee, de nacimiento, una prominente nariz, a Omar un certero tubazo le deshizo el tabique nasal, pero a pesar de esto no quiso nunca operarse, por lo cual además de tenerlo desviado, un bulto bastante visible adorna su cara; por eso la banda de vez en cuando les llama también, los "pinochos", cosa que les desagrada bastante y por eso se enfrascan continuamente en absurdas discusiones que invariablemente terminan en violentas amenazas, pero nada más. Por si fuera poco, se ganan el sustento como carpinteros.
Poncho el Morocho, es vecino y un buen amigo de los "pochos", nadie sabe con certeza de donde procede, aunque él presume ser argentino pues vende pochoclo y otras veces dice ser colombiano, pues en su pequeña fonda sirve sancocho.
Todos los viernes salen a dar el roll en su "vocho", modelo 1983, escuchan rolas de Polymarchs e invariablemente antes de comenzar a ingerir bebidas embriagantes, van a tirar bola al billar de la colonia, el Círculo 33; por supuesto juegan bola 8. Cuando el presupuesto lo permite, se dan su escapada a La Merced, para proporcionarle desahogo al cuerpo, con las “damas del chocho”, que es como se refieren ellos a las prostitutas.
Así transcurre la circular vida de los “pinochos”, con escasas alteraciones, entre música disco, cubas y chelas, chamba, mujeres y harto cotorreo con su amigo Alfonso, que dicho sea de paso, en realidad es jarocho. 

sábado, 27 de octubre de 2012


Erase una vez, uno de los tantos paréntesis que hace la eternidad.
Sin manual de instrucciones para caminar, en cambio un extenso historial de erratas que se suman a lo largo de la interminable sucesión del Sol y la Luna. Una moneda girando en los dominios del azar, que toca un poco de cosas buenas y malas, una historia confundida en la incertidumbre de existir. Un cuento que al hacer un recuento, puede contar varias anécdotas divertidas, nada particularmente trágico ni triste, con un enfoque personal proclive a lo pesimista, adquirido tal vez desde su origen o recogido en el transcurso, sin intentar hacer responsable a nada ni a nadie, sencillamente una de las tantas cosas que ignora el personaje. Un cuento que quisiera ser contado por varias voces, saborear muchas dosis de revitalizantes carcajadas, recibir una carta que le explique cómo encontrar el amor, participar entrañablemente en la historia de alguien más, bailar sin cansarse, cantar a viva voz, acumular buenos recuerdos y no temer la llegada de ese momento en que el narrador diga como si cualquier cosa: “Colorín colorado, éste cuento se ha acabado…”



viernes, 19 de octubre de 2012


Dos seres caminan unidos por una correa, uno es el “amo” y el otro es el GUÍA. En esa pareja se mezclan los olores de Eau de Cologne y “shampoo del perro agradecido”. Tres pares de “patas” husmeando con paciencia por las disparejas calles de la Ciudad; sin planearlo, pero con muchas ganas de llegar a un lugar donde se pueda deleitar uno de los sentidos más refinados, un lugar que se llama “Mercado”. Desde lejos son recibidos por aromas mezclados, que se van diferenciando conforme hombre y can se acercan; espíritus aromáticos de flores, frutas, verduras, carne fresca, también fantasmal fetidez de basura, rancia humedad en el piso, residuos amalgamados, del ir y venir interminable de millones de andares, en esos pasillos siempre poblados. Ágil e inteligente, el perro elige el mejor camino, olisqueando a diestra y siniestra, sin detenerse, los montones de desperdicios; una marchanta le arroja un trozo de carne de pollo, lo pesca al vuelo. Y el caminante paciente, distingue entre todos los aromas el del café con canela, el del atole de masa, de la masa asándose al comal, de la masa friéndose en la manteca, lo mismo que el chicharrón.
El perro huele el miedo de una niña, ladra y gruñe, pero no parece amenazante, el paseante sostiene la correa con firmeza y dice con tranquilidad:
-No tengas miedo, no muerde, es sólo su instinto adormecido que recuerda su bravura, ahora domada por el entrenamiento.
Y cuando algo así sucede, no puede evitar pensar, como es que éste animal, que es sus ojos, puede “oler el miedo”, en medio de todos los aromas perceptibles ¿es posible discriminar el tufo de una emoción, la intensidad de un sentimiento?
Han atravesado el “Mercado”, un suave olor de elote asado los acompaña algunos metros más, ahora se dirigen a la zona antigua de la Ciudad, donde huele a calles recién pavimentadas, a pintura acabada de aplicar, a perfumes “frutales” tan penetrantes que causan un poco de nausea, él piensa que el sudor es el olor de la ansiedad, del esfuerzo, de la prisa, el olor que nos empeñamos en ocultar. Humo de automotores, olor predominante en esta zona, además de otros de productos plásticos, flores artificiales perfumadas con olores dulzones, plantas de “naturaleza muerta”, ¿a qué huele la muerte, a tierra mojada? Quizás la felicidad tendrá un olor que embriaga, en contraparte la tristeza una fetidez insoportable. Quisiera bañarse en olor de inocencia, como Grenouille; un chirrido de llantas lo vuelve a la realidad, el olor a neumático quemado que deja una brusca frenada y de inmediato amenazantes gritos, la violencia huele mal.
Dejan atrás el hedor de la vida cotidiana, tan decidida a emular, sin éxito, la magnífica sencillez de la Naturaleza, tan preocupada por aparentar, tan desorientada por tener el olfato averiado, el instinto pervertido.
Su amigo advierte la cercanía del hogar y aprieta el paso, se acercan al rincón personal, con olor de orden y limpieza, donde el viejo mueble de la abuela ha perdido con los años el aroma a guayabas, adquiriendo con los días, la fragancia de la soledad.

jueves, 27 de septiembre de 2012


-Yo te bautizo con el nombre de: Urbano Calles Botello. 
-(Vengo al mundo sin desearlo, me dan nombre sin pedirlo, con nada bajo el brazo)...
Un lamento potente sale del cuerpo de un recién nacido, parece que vislumbra las desgracias que marcarán su indescifrable existencia...

Urbano Calles Botello, alma de mil rostros, niño y viejo, desde mendigo hasta opulento, casi beato pero ateo, sabio en su ignorancia...

Urbana Calles Botello, hace malabares sentada en los hombros de su madre, su carita mal pintada de payasita triste, no conmueve a los automovilistas, para obsequiarle unas monedas; a ratos juega con una mugrosa muñeca, en la orilla de la banqueta... 

Vende dulces, limpia parabrisas, pide limosna afuera de un cine, corre peligro entre los autos, come con sus manos sucias, en la calle todo el día; apoyado en un árbol, sueña, el niño Urbano Calles Botello...

La lluvia sorprende a Urbano Calles Botello, mientras pernoctaba en el quicio de una puerta, ahora, completamente empapado, se dirige al mercado, para hurgar en la basura, con la esperanza de hallar algo de alimento en buen estado...

Entregando pedidos de la carnicería, en las calles del barrio, raudo y habilidoso sobre la bicicleta, desde temprano y hasta muy entrada la noche, sin saber exactamente por qué, Urbano Calles Botello, se extravía en los laberintos de su demencia...

Jóvenes Calles Botello, salen de sus hogares a buscar identidad en los sitios más dispares de la gran Ciudad; en bares, parques, salones de baile, usan la bebida y otras sustancias para crearse una realidad momentánea, pelean entre sí, mientras buscan una razón de existir, quieren creer en el amor...

Urbana Calles Botello, levanta a prisa su mercancía, vienen los de la delegación y ella no tiene para dar la cuota diaria; luego de tantos años de lo mismo, no se acostumbra al circulo vicioso de correr alrededor de la cuadra... 

Urbano Calles Botello, le susurra obscenidades a la boca de un pomo de licor; luego -le va la vida en ello- se lo bebe... 

Urbana Calles Botello, con picardía sonríe a los automovilistas, es tarde ya, a pesar de que aparenta buen ánimo, se nota enfadada, viene el cambio de turno y nadie a mordido la carnada... 

...murió Calles Botello y nadie dijo nada. Ama de casa, hijo, esposa, hermano, abuela, padre de familia, buen ciudadano, amigo de algunos, enemiga de nadie. Requiescat in pace 

martes, 11 de septiembre de 2012

Apuntes VI


La línea del horizonte se antoja interminable, monótona y por momentos desesperante, pero aunque nada tenga sentido, te sientes vivo al descubrirte caminante.

Así como de repente cae la lluvia, así como sin aviso comienza un sismo, así como la noche y el silencio son inseparables, así, en cualquier momento, llegará la muerte.

...todo el universo para nosotros solos y no podemos mantener a salvo un pequeño mundo...

No tiene caso pensar en lo malo sucedido; mejor considerar que la incertidumbre del futuro, puede tornarse positiva...

Las malas decisiones pesan, sin embargo lo importante es evitar que paralicen... 

...la esperanza sirve para fantasear con una mejor realidad...

...la palabra dice: habito en el hálito, invisible, en el sonido y la intención...

...sabía que estaba mal y sin embargo lo hice, tantas veces...

...siempre tras algo más, aunque sea mínimo, pero sumar...

...el paraíso de la infancia era la calle: cancha de fútbol, pista de bicicletas, salón de baile, posadas, ir y venir de amistades...

...asfalto caliente, curtiendo pies descalzos, que pateaban un balón desgajado; sudor y risas, bajo el rigor del sol de verano...

...a punto de tomar una decisión, ni sabia ni relevante, pero desgraciadamente necesaria...

...barriga llena, ánimo a medio gas, voluntad por los suelos; la inercia de las responsabilidades es la que me empuja...

...trabajar para pagar, trabajar para tragar, trabajar para agradar, trabajar para nada alcanzar...

...no hay pesadez más pesada, que la de los ojos que se cierran...

...ya amaneció, otra vez y no me importa que día es, sólo vivo admirando la sucesión de la luna y el sol; esas cosas no necesitan nombre...

Somos lenguaje: corporal, gesticulante, oral, escrito, figurado, sonoro, imaginativo, también lo callado y el mimetismo pueden interpretarse...

...la Ciudad no es natural, tampoco lo que en ella sucede; se vive en el tránsito, se muere un poco en los trayectos de ida y vuelta...

...cuanto tiempo perdiendo el tiempo, mirando al tiempo nuevo tragarse al tiempo malgastado...

Estar vivos es estar dormidos, porque la vida es el sueño de la eternidad.

Ese momento en que no sabes si el tiempo se detuvo o retrocede, tic, en suspenso, nada se mueve, te sorprendes, tac, reaccionas y sientes a la vida sucederse...

...lo bueno es que este costal de tristezas y decepciones, tampoco se lo puede llevar uno a la tumba; todo pasará...

...cuando Dios sale a apaciguar las calles, el Diablo se mete a su casa...

Si las profecías de Nostradamus y de Los Mayas son erradas, no importa, hay muchos locos con poder en el mundo para hacerlas realidad...

Las atrocidades de la guerra son superadas por la nefasta imaginación de los perpetradores...

Voy a intentar hacer una vida en la que el orden y la disciplina sean la norma, por eso espero que exista la reencarnación...

El necio nace, reniega de todo, se rebela contra el sino -aunque sea en su mente-, se vuelve pesimista y entonces muere en estado deprimente...

El poeta caminaba por las calles atestadas de su imaginación, el caos lo empujaba irremediablemente a inscribirse en la realidad...

...aunque muchas cosas son atemorizantes, no hay nada a que tenerle miedo; uno mismo se limita en lugar de decidir arrojarse a vivir...

...ahora preguntas por qué no te veo a los ojos, cuando antes esquivabas mi mirada; nunca encontré la manera de poder entender el amor...

...creer en el amor es como creer en Dios, en alguna etapa de la vida parece real, aunque sabes que te engañas; personalmente creo más en Dios...

...cuanta frustración se siente cuando se cierra un círculo y no se puede iniciar otro ciclo, entonces sólo queda girar alrededor de lo mismo...

...quisiera que ya no vinieras con los recuerdos, ver tu cara y no identificarte, escuchar tu voz y no sentir que despiertas algo en mi...

...de verdad olvidarte, cerrar los ojos y no mirarte, dormir sin soñarte, dejar de abrazar el vacío que quedó en la cama al lado mío...

...ahora finjo que me resultas indiferente, mientras te identifico de inmediato entre la gente; aunque deseo olvidarte, sobrevives en mi mente...

,,,me estoy tomando media hora para burlarme de todo y poder seguir con lo mismo de siempre,,,

...ya no espero nada, ni sobre valoro lo que recibo...

...quien sabe la verdad, no la cuenta como tal...

La Tierra y la Luna no llevan la cuenta de cada vuelta que han dado ¿por qué habrían de preocuparme a mi los años que he vivido?

...es que se idealiza hasta la demencia la idea del amor...

...luego de un tiempo, todo lo que queda es olvido...

...el agua es el diluyente universal; la realidad también, porque en ella se diluyen todas las ilusiones y esperanzas...

...no ser una simple brizna de polvo que muchos habrán de pisotear, si no una astilla que algunas plantas hará sangrar...

...cuentan que hay un día perdido en la historia, dicen que el sol no se puso esa ocasión, aseguran que fue un prodigio de Dios...

...en un circulo vicioso, el eco del tiempo es lo primero que te da alcance; luego vienen los remordimientos, las promesas y más tiempo perdido...

...mientras regresa lo que no se fue, voy a ocuparme de lo que no quería, pero que contraje...

...voy a buscar lo que no conozco en lugar de seguir viendo lo que me hastía...

...tengo póker de ases, pero estoy jugando solitario...

...todo tiene su momento... un golpe inesperado, quebrando la calma de un instante desprevenido, un choque, un disparo, gritos y confusión...

...¡maldigo a todos aquellos que invirtieron su tiempo en idear una manera de medir el tiempo! hacen que me sienta mal desperdiciando el tiempo...

...tu recuerdo es como una noche fría, como una mañana nublada, como una tarde lluviosa, como el sentimiento que queda después de un sepelio...

...tu recuerdo se dirige irremediablemente rumbo al olvido, como el cadáver de una rata que es arrastrado junto al lodo, hacia el drenaje...

...tu recuerdo es residual, como charcos evaporándose, como publicidad en bardas pintarrajeadas, más parecido a mierda pisoteada en la banqueta...

...así como de repente cae la lluvia, así como sin aviso comienza un sismo, así como la noche y el silencio, así, de pronto, llegará la muerte...

lunes, 20 de agosto de 2012


¡Salte de mi vida,
salte de mi abrazo,
salte de mis pensamientos,
salte de mi boca,
salte de mis emociones,
salte de mis manos,
salte de mis recuerdos,
salte de mis oraciones,
salte de mis maldiciones,
salte de mi pasado,
salte de mi presente,
salte de mi porvenir,
salte de mis sueños,
salte de mis deseos!
No pude sacarte,
eres inevitable,
entonces salté.
Y sigo cayendo…

jueves, 2 de agosto de 2012

Apuntes V


...¡por fin encontré a la mujer de mis sueños!... el único problema es que sólo puedo estar con ella mientras duermo...

...lo cierto es que no hay nada cien por ciento cierto...

...a ciertas cosas hay que darles la espalda y alejarse decididamente de ellas...

¿Qué sombra furtiva me acecha en la quietud de mi soledad?

Murió por tres razones: era su destino, por el odio de su agresor y debido a no vivir en los recuerdos de nadie...

Sin ensayo, espontáneo, irrepetible; el registro queda indeleble en la memoria, a pesar de las costumbres, siempre acontecen variaciones...

Perfectamente acoplados, en un fragmento de la nada aislados, unidos por deseo, carne, gozoso pecado...

Hace falta un poeta, que nos explique la vida, aunque él mismo no la entienda; están sobrando los necios, los tiranos, los falsos profetas...

Anhelado momento, apremiante necesidad, deseo y obsesión, tornándose en éxtasis...(acróstico)

...la indiferencia es nuestro mejor escudo; ser sinceros o elegir la mentira es irrelevante, es mejor ignorarnos, abrumados por las dudas...

Cuando escribo, me imagino pintando, en trazos emociones, proyectando, provocando sensaciones, plasmando el pensamiento...

A la Naturaleza no le importa la ciencia, sola ha creado prodigios con su milenaria paciencia...

...la duda es un estado emocional, pensamientos raquíticos alimentándose de incertidumbre...

En los días, tu ausencia ya es normal, a lo que estoy desacostumbrado es a no verte...

...cuando se acaba la coherencia, se recurre a la complacencia...

Dios tiene cabida en mi vida, desde la llegada hasta la partida, quién sabe si habrá otra salida...

...el callado estruendo del universo, palpita de la noche más luminosa a la mañana más sombría...

...el último día de mi vida, tendrá la noche más larga...

...moribundos consuetudinarios, sobreviven penosamente, procurando milagros ordinarios...

...putas palabras que confunden y forjan ilusiones inservibles...

...inciertas palabras, tan directas como una flecha, disparada al corazón de la noche...

...humildes palabras, de labios resquebrajados, que imploran desde la miseria más árida...

...inquietas palabras, increpan y exacerban la libido latente de un amante dispuesto...

...palabras inútiles tan necesarias, no descifran cabalmente las proyecciones mentales...

...la misma palabra agrada y agrede; el orden de las letras supone un gran cambio en los hechos...

...cada palabra amalgama la necesidad de expresión que urge a la idea...

...palabras demenciales, retorcidos acertijos existenciales...

...desde el éter emergen entes perennes, en sed de fe perecen, hasta pasar a la palabra...

miércoles, 25 de julio de 2012

Apuntes IV


"La ambigüedad es inherente al ser humano; el bueno puede ser un poco malvado y el malo demostrar algo de bondad"

Creo que ya fastidie a Dios con tantos rezos; o tal vez será debido a mi hipocresía.

Sí somos muchos los pesimistas, pero no tenemos la culpa de que las cosas vayan mal.

Vivir sin dormir, si no hasta el momento de morir.

La realidad es el resultado de múltiples fantasías.

Quisiera permanecer en este estado, un instante eternizado.

A la justicia la representan con una venda en los ojos, el amor es ciego, la felicidad no se puede definir; de milagro estamos vivos.

Tengo tiempo para malgastarlo; quisiera dinero para lo mismo.

Una gota de nobleza, puede llenar un desierto de indiferencia.

Una persona realmente valiosa, no vive preocupada por el reconocimiento de los demás.

Un necio que convence a una multitud, en reiteradas ocasiones, se considera a si mismo como un iluminado.

Pensé que era prudente esperar y cuando reaccioné, el silencio me había enmudecido y el tiempo me dejó olvidado. Vivo anclado a mi pasado.

Agua y aceite, una mano acaricia, la otra aprieta fuerte; a pesar de ser estricto, ansia y paz, en conflicto, dentro del mismo continente.

Demasiadas palabras y frases sin sentido; la manera en que cada uno va buscando su propósito, tiende a ser ridícula.

¿Estás proponiendo, respondiendo o te encuentras absorto en tu monólogo?

Muchos gritos, muchas sentencias que se presumen verdad, pero pocos se detienen a escuchar y a pensar.

Seguramente hoy puede ser un gran día, pero también voy a desperdiciarlo, atendiendo mis tediosas rutinas.

Y pensar que de un improbable estallido, floreció esta compleja red de egoísmos impredecibles, que suelen unirse para crear líos por nada...

Cuando debes irte, se queda algo de Ti, en los lugares y los aposentos, es el fantasma de tus deseos, aferrando sus momentos predilectos.

No me sigas... tampoco sé a dónde voy... no es lo mismo que andar perdido... no quiero ser responsable por nadie más... busca tu laberinto.

Lluvia, blues y una cerveza bien fría... sólo me falta el calor de un buen cigarro entre mis labios...

No te frustres por aquello que no puedes obtener... mejor piensa que sí te alcanza para un six de chelas bien frías...

Mi conciencia es muda, yo me hago el sordo... somos la pareja perfecta...

Ahorititita, lo único que no me duele, es la conciencia...

Un momento sin palabras, mientras un deseo es aprisionado por dos bocas; un par de lenguas al tratar de enlazarse, intensifican el placer; dos individualidades se estrechan en cálido y ansioso abrazo; todo en pares y lo que es singular, se complementa.

Nunca tengo nada que decir, pero soy un terco muy reincidente y me pongo a escribir...

Demasiada información y muy poca atención. Lluvia de palabras que caen directo al drenaje de la indiferencia.

Siempre por algo más, aunque sea trivial, insignificante, dañino. No es ignorancia, sólo insatisfacción irracional e insaciable...

El tiempo tiene la capacidad de acortarte los buenos momentos y alargarte los indeseables...

La cortesía mantiene las relaciones en un nivel de respeto mutuo; aunque algunas frases amables salen sobrando, tampoco hacen daño...

No importa si das tres pasos para adelante y uno hacia atrás, el asunto es no dejar de caminar...

Hoy inicia el camino, el pasado es recuerdo que se distorsiona al alejarse, el presente nada puede retener y el futuro es ilusión incierta.

Hay que ir atesorando, para cuando llegue el tiempo de ir perdiendo...

martes, 10 de julio de 2012

Un poco de lo que necesito cada día, para aprender a vivir


Un poco de tiempo para mirar las estrellas y no deberle nada a nadie. Unos cuantos besos para sospechar el placer. Un poco de tranquilidad para imaginar el futuro. Unas cuantas palabras para abatir la indiferencia. Un poco de temor para dominar las ansias. Un poco de ilusión para soportar la realidad. Un poco de vértigo para palpitar con la vida. Un poco de apatía para considerar otros rumbos. Un poco de violencia y odio, para establecer límites (internos y externos). Un poco de desesperación, por la perfección, para estar justo en el momento indicado. Un poco de ocio, para volver con ánimo a las obligaciones. Unas cuantas mentiras, para ejercitar la imaginación. Un poco de prisa, para complacer a los demás. Un poco de gratitud para quien da sin pedir. Un poco de resignación para vivir con lo inevitable. Un poco de pericia, (y paciencia) para adentrarse en el movimiento. Un poco de respeto, desde lo que se hace y lo que se dice. Un poco de silencio, cuando lo amerita la ocasión. Un poco de inteligencia, para cada experiencia; aunque no sepa lo que es, ni lo recuerde después. Un poco de tolerancia, para no caer en el equívoco, de que todo lo que no me agrada es repugnante. Un poco de humildad, para escuchar sinceramente a los demás. Un poco de amor, (como sea que lo entienda) para intentar ponerme en el pellejo de otra persona. Un poco de rebeldía, para dejar bien clara una postura. Un poco de desapego, para no resultar afectado por cosas imposibles. Un poco de pensar antes de hablar, para no dar consejos sin ton ni son. Un poco de autocontrol, para no quedar humillado ante los vicios. Un poco de dignidad, para que la voz de la conciencia no tenga que reclamar. Un poco de entereza, para afrontar las sensibles pérdidas. Un poco de oración, para encontrar tranquilidad. Un poco de disciplina, desde el fuero interno, para no restar en los esfuerzos comunes. Un poco de soledad, para disfrutar los ruidos y la vista, de mi pedazo de mundo. Un poco de aire puro, para morir a gusto. 

jueves, 28 de junio de 2012


Aurora, hija de nadie, adoptada por las calles, se adapta con facilidad a vivir en la Ciudad.
Entre personas tan solitarias como ella, desfavorecidas de origen; perdiendo lentamente la voluntad para contrarrestar su destino, sombras de día, fantasmas nocturnos, inquilinos de la calle, sonámbulos sin turno fijo.

Alguna madrugada lluviosa, circulas en tu auto por una avenida inusualmente solitaria, Aurora aparece de repente, aún empapada y mugrienta ilumina tu alborada con su sonrisa inocente, pero prefieres ignorarla, dejarla con la mano en el aire y volver a sumirte de nuevo en tu propia obscuridad.

Aurora se convirtió en madre, amiga y amante de sus acompañantes, viven y sienten algo extraño que llaman amor; sentimiento desnutrido y viciado, espontáneamente violento, alegre y doloroso, desinhibido en la mugre que cubre sus cuerpos.  Aurora se debilita, las noches en vela están apagando su frágil luz, ignorante y carente de tantas cosas, vive por el instinto de conservación, sin embargo el vapor del solvente que inhala con avidez, día a día va diluyendo su ser. Sin saberlo, carga en su vientre un mortinato, no obstante sigue con sus dramáticas rutinas, mañanas inciertas, tardes que a su espíritu calcinan, noches en la boca de la muerte. Aurora, en ocasiones, da más de lo que recibe, a veces obtiene sin pedir, constantemente pelea, discute incoherentemente, recibe un golpe más; desde el primero, nunca supo por qué. Reina y esclava del pequeño gueto, ensalzada y sobajada por ser mujer. Parece mentira que siendo habitante de uno de los barrios más opulentos de la Ciudad, tenga que disputar las sobras como un animal. Hay una hora señalada, de la quien nadie sabe nada, Aurora la precipita, hurta, huye, pero es atrapada, no obtiene misericordia al ser golpeada; algo la impulsa a regresar al único lugar al que pudo llamar hogar, desfalleciendo en ese pedazo de banqueta, entre sus hermanos callejeros, aspira su propia sangre, la noche incontenible se cierne en torno a ella, de nuevo llueve, amenazantes tambores fúnebres reclaman y reciben las almas de ese día, la tormenta extingue la última chispa de consciencia en el cuerpo de Aurora, que un día cualquiera, ya no amanece. Ahora, muerta, nace a las sombras, para vivir en ellas por siempre.
Esta historia me la contó un alma en pena, mientras esperábamos en una esquina el fin de la noche, la lluvia no cesaba, la bruma no se disipaba, la vida de alguien se quedó sin vida, inmóvil, con los ojos abiertos, como esperando otro alumbramiento. 

sábado, 26 de mayo de 2012


Aurora contempla la luna en sus momentos de más transparente palidez, desde ese impreciso momento en el que el sol inaugura un nuevo día.
Por la mañana, cuando el cielo ha clareado totalmente y la perla del firmamento se resiste a desaparecer, desvaneciéndose muy lentamente en el celeste infinito.
Los ruidos exteriores que invaden el encierro, no distraen la profunda meditación de Aurora, una joven que urde el plan perfecto para lograr escapar, nacer al mundo, desde ese útero insensible, atestado de soledades, inmenso espacio en el que Aurora ya no cabe. Desesperada imagina que al traspasar los muros tendrá un alumbramiento consciente, la reanudación de su aprendizaje, el reinicio de su viaje.
Las gruesas paredes son coronadas por garras metálicas, la única puerta tiene muchos ojos y oídos custodiándola, parece más un bunker que un hogar, sin embargo Aurora siente la certeza de poder dejar atrás, para siempre, ese infame lugar.
Aprovecha el cansancio de un guardia en la madrugada, es una gota de agua dejándose llevar por el mar, un suspiro en suspenso, mientras se acerca al último obstáculo que retiene su ansia de libertad; un universo antes inexistente se develará para ella, tendrá que matar para poder vivir, otra vez. Y la culpa se agolpa en su memoria, hace crecer su ira, pues Aurora no olvida que alguien murió cuando le era concedida la vida y las ideas trastocadas de una mente cautiva, le obligan a desgarrar un cuerpo que se interpone entre ella y la salida. Salta la sangre y se abre otra puerta, pero ahora no es recibida por luz, la boca negra de la noche amenaza con tragársela a ella y a su confianza.

miércoles, 16 de mayo de 2012


Aurora, nació con la mañana.
La estridencia del amanecer la recibió en el mundo.
Del agua al aire puro, en una Ciudad que apenas se vislumbraba.
Un grito y muerte, un llanto y vida.
Aurora a la soledad fue parida, huérfana en un planeta sobrepoblado, bastarda del destino, ciudadana sin apellidos.
Aurora despertó en la infancia, dentro de una casa sin alegría, delimitada por altos muros, sólo el cielo podía mirar y muchos ruidos de cosas desconocidas, le hacían sentir ganas de seguir viva.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Apuntes III


/los buenos tiempos no han llegado/

/no le cedas demasiado terreno al olvido/

/ahora que dices quererme, yo no lo siento, pero quiero creerte/

/¡qué bonito lugar! aquí se quedará mi cuerpo, hasta que se haga polvo el “para siempre” y si en verdad tengo alma, yo no sé que pasará/

/ya no caben los muertos, en la tristeza de sus deudos/

/canta, se desborda; llora, se reduce
es un canto llorando las dudas de su fe/

/esa enfermedad llamada vida
esa cura llamada muerte/

/me gusta rezar en grupo
me animan las voces que se unen en cantos
me hace llorar el llanto de los demás
me reconfortan las formulas solemnes, repetidas por un desconocido
me asusta el inmenso vacío que amenaza con aplastarnos
me despido de ella, mi Tía
me acuerdo de las vistas a su casa, en la infancia
me resulta indiferente mi propia muerte/

/el cielo anegado de nubes, el cerro recibiendo la lluvia, el silencio que reza y llora
la tierra y el amor que te cubre, todo es tuyo en este momento
de rezo cantado y llanto sin amarras, pues de los ojos llueve más
y esa unidad que de pronto se puede respirar
tal vez sólo sea el perfume de las flores que te cubren ya
y aquellos pensamientos en los que no mueres
ahora son tristeza en gotas de sal
depauperados quedamos después de sepultarte
raras palabras: alma, paz, nada aclaran
dicen que te has ido, pero nadie sabe dónde estás/

sábado, 5 de mayo de 2012


… llegue cuando todo había comenzado ya, de hecho nadie recuerda absolutamente nada del principio, se dicen varias cosas al respecto, hay muchas contradicciones sobre lo que parece ser una sola situación. Infinidad de cuerdas penden en el vacío, no se miran los extremos de donde están sujetas, líneas invisibles en las que caminan o se cuelgan todo aliento, cada ser y las esperanzas, pobladores de esto que llamamos vida. Lo dicho, algunos avanzamos colgándonos, otros han dominado el paso firmemente y andan sin miedo sobre la cuerda, incluso brincan de una a otra a placer; hay quienes agarran varias cuerdas a la vez y las mecen con violencia, ya sea que estén debajo o arriba de la suya, no importa, han aprendido a controlar con un puñado de cuerdas, el vértigo de los demás. En ocasiones, alguien decide unir su cuerda a la de otra persona y después se van sumando otras a esa unión, es como un nudo que va recorriéndose a lo largo de días y noches, abarcando muchos cambios de estaciones, eventos premeditados y naturales, pero en un momento dado todas las cuerdas se vuelven a separar y quedan deshabitadas. Tristes se miran las cuerdas de las que oscilan cabezas, cuerpos de títeres, almas en pena, gente que no sueña aunque duerma, mas nunca duermen y tornan su vida en patética tragedia, que los espectadores juzgan con indiferencia, rimbombantes e insulsas farsas entretejiéndose por las cuerdas.

Algo pasa sus dedos sobre las cuerdas, caótica e indefinible esencia, tal vez no sea nada, pero suena…

miércoles, 2 de mayo de 2012


Vi directo a los ojos del sol,
un prodigio que se repite con poca frecuencia,
magia para una infancia tranquila.
La noche venía de prisa, a mis espaldas,
casi la pierdo de vista al querer anticiparla,
no se puede retener un momento;
increíble visión en la bóveda espacial,
ardiente contorno de un infierno negro,
la luna trajo consigo una noche fugaz,
contener un suspiro, evitar un parpadeo,
astros ocultos por la luz, aparecen un santiamén,
la naturaleza en su cronología confundida,
durmió unos segundos en la alteración,
actividades nocturnas alrededor de la tarde,
aquel día que tuvo un par de noches.

viernes, 27 de abril de 2012


Y la sombra le seguía…
para todos lados, a toda hora; desde que tiene uso de razón recuerda a la sombra pegada a sus pies.

Y la sombra le seguía…
e intentaba escabullírsele, sin embargo descubrió que sólo en la obscuridad la sombra se perdía.

Y la sombra le seguía…
la cuestionó acerca de esa incesante persecución, pero la sombra no tuvo la cortesía de contestarle nada.

Y la sombra le seguía...
la sombra escupe, vomita, orina, alza cosas, abraza, anda en bicicleta, se viste también, pero siempre usa ropa a la moda sombra. En fin, la sombra tiene acciones, no emociones.

Y la sombra le seguía…
le propuso hacerse sombra de otra cosa, pero cada objeto tiene su propia sombra.

Y la sombra le seguía…
le parecía tan familiar que cambiaron de roles, entonces pensó en escapar de si mismo, sin embargo entendió la falta de autonomía que sufre una sombra.

Y la sombra le seguía…
hasta en sueños; despertó, la sombra dormía debajo de él, se levantó sin hacer ruido, dejando a la sombra sumida en sus propios sueños.

Y la sombra le seguía…
fastidiado de que le copiara en todas sus acciones, intentó golpearla, pero se hizo daño él solo.

Y la sombra le seguía…
contrató a una pareja sexual, se metieron en un callejón oscuro, por lo tanto la sombra no fue partícipe de ese coito sombrío.

Y la sombra le seguía...
a veces borracho, encima de ella caía.

Y la sombra le seguía…
una vez entró a un salón de baile, agarró pareja, su sombra bailaba con la sombra de ella, también con otras, en una fantástica orgía de sombras. Por cierto, a las sombras no les duelen los pisotones.

Y la sombra le seguía...
cuando se casó, en la noche de bodas, las sombras no hicieron caso del letrero de "No molestar", colgado en la puerta.

Y la sombra le seguía…
al nacer su primogénito, descubrió que los niños no traen torta bajo el brazo, solamente nacen con su sombra.

Y la sombra le seguía…
resignado, comenzó a charlar con la sombra, mejor dicho a monologar, la sombra resultó ser una excelente escucha.

Y la sombra le seguía...
al paso de los años, le resulta molesto descubrir que la sombra no se encorva ni parece tan cansada como él. Además, a ciertas horas del día, le supera en estatura.

Y la sombra le seguía…
por fin entendió que nunca se desharía de su sombra, quien es algo así como un ángel de la guarda, oscuro y silencioso al extremo, inseparable, compatible con la luz natural y artificial. 
Prosiguieron su vida unidos por los pies.

Y la sombra le seguía…
dentro del ataúd, pero ya nadie se da cuenta de ello. La sombra soporta el peso del cuerpo durante la desintegración; luego la sombra también muere.

lunes, 23 de abril de 2012

Apuntes II

La mentira es una verdad ficticia.

Un chiste que se tiene que explicar, no tiene chiste.

En un viaje, cuyo trayecto comprende tres calles, el silencio es la mejor cortesía entre Taxista y pasajero/a.

La distancia de un recorrido es inversamente proporcional a la incapacidad de la Mamá, para lograr que su hijo malcriado deje de hacer berrinche.

¿Cómo es posible ver que un motor huele a quemado?

Me caen bien los pasajeros/as despistados que me hacen darle la vuelta a una cuadra, porque creyeron ver a un conocido "ahorita que pasamos por allá atrás". No era, pero se parecía mucho. Y luego sueltan toda la historia de esa persona.

Pasajera -En la esquina, de vuelta para "allá", no vaya a dar vuelta para "acá", porque ustedes los Taxistas, siempre se equivocan.
Chafirete Ruletero -¿Izquierda o derecha, señora?
Pasajera -No, nada más para "allá".
Chafirete Ruletero -(Nota mental: lo más probable es la derecha)
Pasajera -¡Oiga, era para el otro lado! ¿¡Usted tampoco sabe diferenciar entre "allá" y ¨"acá"!?

-¿Qué haría usted si en su Taxi se muere un pasajero?
-Lo bajo, porque no puedo transportar muertos y además ¿quién me va a pagar?

-Se encuentra usted en excelente estado de salud... pero hemos determinado que no es apto para conducir un Taxi.
-¿Por qué?
-¡Porque le hace falta un brazo!
-Le juro que no voy a tratar de abrazar a ninguna pasajera.

Dios me manda todos los días a la calle, a servir a sus hijos: mis hermanos. Lo malo es que últimamente no tengo muchas ganas de salir a trabajar.


…el amor de Omar no mora en Roma, ni es aroma de ramo…


Poco a poco va encerrándose uno en si mismo, con sarcasmo, con cinismo; buscando empatías, causando antipatías, se llega a la apatía y acaba uno por convencerse de que no es tan malo estar solo, aún rodeado de algunos lazos afectuosos incondicionales. Amor, cariño, afecto, son conceptos que no definen realmente un sentimiento, tampoco la costumbre o el tiempo; lo verdaderamente satisfactorio, pero difícil de lograr, es poder sentirse bien bajo cualquier circunstancia, cuando uno lo desee.


…a la orilla de un deseo…
…llevando al límite la posibilidad más improbable…
…hasta que el silencio en verdad se calle…
…una quietud que mueve a incertidumbre…

viernes, 20 de abril de 2012


Eugenia arrastra el olvido, de lo que fue su universo nada más le queda un pequeño pedazo de calle. Lleva largos días recorriendo ese tramo de asfalto, de un lado a otro, como presa, pasos firmes y exactos, sin traspasar las esquinas. Eugenia, mujer de la calle, que a nadie se vende, ni nadie reclama. Pernocta en la banqueta, durante las tardes toma un descanso de su ir y venir machacante, en los quicios de las puertas. Su presencia es, a la vez, importante e imperceptible, como un árbol retorcido, un montón de basura, una ventana rota, una luminaria fundida, una capa de hojas secas tapizando los autos; Eugenia es parte del mobiliario animado pero mudo, de aquel microcosmos citadino, donde ejecuta, con mínimas alteraciones, sus ciclos circadianos.
Nubes deshilachadas, pretenden disminuir la imponencia del infinito celeste un día cualquiera, pero no tienen fuerza para resistir al viento ni logran reunirse para amenazar a la Ciudad y Eugenia maldice porque no lloverá; la desnudez de la Jacaranda no puede darle sombra, pero a pesar de eso, ella siente frío al mediodía y sin aviso, su mente se pierde en el espejismo de recuerdos que creía perdidos.
Una niña con las rodillas raspadas y las manos llenas de tierra, abrazando fuertemente una muñeca, corre hacia su casa cuando escucha que Mamá le grita; se acerca la lluvia y por primera vez la sorprenderá fuera, corre huyendo de algo que no conoce y que al parecer no es bueno, pero al sentir las gruesas gotas golpeándola de pies a cabeza, la incertidumbre se convierte en risa pues el frescor del agua le produce dicha. Deja de correr y avanza lentamente, permitiendo a esa alegría que amaina y arrecia, le moje completa.
Una hermosa joven, ávida de vivir, se baña en un río, por momentos se deja llevar por la corriente, el agua cristalina no oculta su cuerpo, con descaro algunos y con indiferencia otros, la miran, mientras ella sólo ve hacia el techo inmenso que todo lo abarca. En un meandro del curso, un joven la aguarda, sin sobresaltarla despierta en ella un interés que hace poco presentía; sus ríos interiores se vuelven afluentes de un mar de amor y vida, mientras de pie en el cauce, los acaricia un cadal sin fin ni principio.
Una mujer cierra tras de sí la puerta de su realidad más sólida, sale dejando atrás lo que creía amar, pero es que un día sus amarras se soltaron, la jaula se abrió sola, sus pies desaparecieron y le nacieron alas, entonces echo a volar, sin despedida ni lágrimas, a pesar de presentir que estaba equivocada, pues sintió que algo fuera y dentro de sí, le llamaba.
Esa noche, acurrucada junto a la Jacarandá, Eugenia, única habitante del mundo, se rinde al abrazo del frío de la madrugada, las raíces del árbol absorben su savia, en pocos minutos su cuerpo se seca, hordas de insectos llevan, en diminutos trocitos, su cuerpo debajo de la tierra.
En la calle de Eugenia, cuando un nuevo día clarea, el barrendero llega a iniciar su faena, descubre el montón de ajadas prendas en la banqueta, las mueve con delicadeza para despertar a la dueña, mas ya no contienen nada; no sale de su asombro, cuando al levantar la vista, le cuesta trabajo creer que ese árbol ayer raquítico y desnudo, hoy luce hojas de un verde radiante y las flores lilas parecen resplandecer sin ayuda del sol. Más se intriga al observar el rocío que cubre a la Jacarandá entera. No lo sabe, pero son las únicas lágrimas que lloró Eugenia.
Quisiera seguir hablando de Eugenia, sin embargo ya no escucho su voz en mis sueños, ni recuerdo la belleza de su rostro, es más, ni siquiera puedo afirmar que era bello, sólo me queda un nombre en una calle.

viernes, 6 de abril de 2012


Eugenia no murió.
Se halla extraviada, suspendida, lejana de la vida.
Sumergida en un sueño inconexo de la existencia sensorial, dentro de una realidad que nadie imagina.
Imbuida en su ensoñación, hace inventario de todos sus momentos, los aquilata fuera de falsos sentimientos. 
Lleva tan poco desaparecida, que nadie la extraña y a la vez ha sido tan larga su ausencia, que nadie la recuerda; la inmensidad de aquel segundo la hace inmune al ansia, a deseos o esperanzas, en ese lapso sin límites donde se localiza, es indiferente a todo, su esencia cabal en plena paz. Abre sus ojos y puede ver en la obscuridad, flota en el vacío, no sufre ni cae. Tras un parpadeo, recorre eones de años luz, estridentes corazones luminosos atestan el infinito, los mismos que desde lejos embelesaban su vista, cuando deducía que jamás podría calcularlos y ahora puede tocarlos, fundirse en su energía, seguir viva después de la extinción, ser luz.
Eugenia convierte sus células en polvo estelar, haciendo acopio de valor antes de su inmersión en la vía láctea, atraída desde un extremo por la calidez de una lejana tormenta solar; cambiada en partículas luminosas, se dispone a regresar a su hogar.
Otro salto, otra dispersión, involución al misterio de la creación, disgregada en el siseo universal, avanza contra el impulso, para volver a encontrarse.
Tal vez en la sombra que proyecta una hoja al caer de su rama o en el aliento que se enfría al salir de una boca o en un beso que es lanzado al aire para despedir a alguien o en la lágrima de una tortuga al desovar o en el indescifrable idioma de los mamíferos debajo del mar o en esos pensamientos que de imágenes mentales a palabras no se pueden transformar; de alguna manera, Eugenia volverá.
Domina el dolor, intenta postergar el instante en que deberá abandonarse.

miércoles, 21 de marzo de 2012


Un grito de asombro se regocija en sus ojos de cielo atardecido, respira la sorpresa, inhala con vehemencia y la deja fluir por sus arterias. Se entierra bajo la piel de una sombra, para descifrar los secretos encriptados tras el silencio, llenando de sensaciones inexplicables un pensamiento inédito. Decide salir, se adelanta a la materia, empeñada en ir contra los elementos, recorre varias noches y sus días o viceversa, más nunca de reversa, en el irrepetible placer de complacerse entera; se abandona al vacío y al desearlo regresa, en una lluvia de estrellas, quedando suspendida entre la luna y la Tierra, despacio se abandona sobre las mejillas agrietadas de un rostro demacrado, pero de férrea lozanía que en ciclos se renueva. Ahora a voluntad, en seguida de la metamorfosis de polvo estelar a polvo terrenal, pródiga se dispersa y pende como ínfima partícula, en la suave superficie de un pétalo fragante, bella trampa a la espera de una presa ávida y laboriosa; sostenida por su vigoroso aleteo, la víctima se presenta, pero es hábil y se envuelve de polen sin tocar el veneno, buena lección de la naturaleza. Montada sobre el viento, viaja adherida a un ente prodigioso, mientras su cuerpo yace en un apartado del pasado pausado; Eugenia se inquieta, al dejarse transportar en el espacio de un instante, que dentro de su consciencia, se halla detenido, escucha al aire moverse en un solo sentido, como una nota sostenida de un sonido sin origen y a pesar del súbito temor sonríe, pues quiere seguir siendo polvo de vida viajando pegada al cuerpo de un ser increíble, de progenie milenaria, cruzar ese universo y dejarse expeler dentro de un templo, reposar entre zumbidos hacendosos, que sólo saben de plazos marcados por la oscuridad y el sol.
Pero Eugenia se extraña y la dosis de fantasía no alcanza para soportar otro cambio, la ensoñación se torna confusa, siente a su boca paladear la hiel de lo real, en esa condición diminuta el miedo amenaza desintegrarla y entonces, dócil se abandona al regreso indeseado, reincorporándose a la carne que habita, a la vida que detesta; arcadas la despiertan, pero voces de abeja zumban dentro de su cabeza; sus alas se han plegado, sin embargo ella considera al dolor un intruso, piensa que el viento aguantará su peso y atraviesa el cristal, cuando el día regresa. Tras de sus ojos cerrados la realidad se muere y el sueño vuelve a ser su mundo; aunque esta vez sí duele, Eugenia vuela.

viernes, 16 de marzo de 2012

Apuntes I

Comer, el más culposo de los placeres; la gula puede matar, pero la culpa no, aunque la culpa no alimenta el cuerpo y menos el alma.

Una mujer con la autoestima tan por los suelos, que si ella misma la pisaba, hasta de eso se regodeaba; y luego estallaba en llanto.

La apuesta entre los Dioses y el Eterno Desconocido.

¿Cuál es el colmo de un ladrón? Que lo asalte la duda.

Nada, en la quieta noche, los sueños son una película muda.

Un momento de inconsciencia tan profunda, que pude burlar a la muerte; estando en mis cinco sentidos, no apostaría por eso.

Jamás podrás ganarle en una discusión a la boca de una .45. Así que dale la razón (el dinero y hasta tu dignidad) aunque no la tenga.

Viene mi hijo con sus dudas, necedades e ilusiones improbables y me hace retroceder más de veinte años en mis recuerdos agridulces; futuro de mierda que insiste en repetirse.

¿Si Dios no existe, para qué lo denuestan o lo defienden tanto?

No has cambiado nada ¡pero ahora te detesto más!


Dije que sí te creía, esa fue una mentira que ni yo mismo podía creer.

¿Por qué no puedo dedicar todo mi tiempo a las cosas que me gusta hacer? Y en cambio debo emplear muchas horas al trabajo. 
Es un razonamiento infantil.

Nadie debería saber que va a morir, simplemente que le llegue la hora, ya sea debajo de las ruedas de la mala suerte ó aplastado por el peso inevitable de la misma vida.

Tienes lo que resta de este día para seguir compadeciéndote o sencillamente hacer lo que debes. ¿Mañana? 


viernes, 2 de marzo de 2012


Otro día más,
usaremos el mismo disfraz.
Si el mundo hacia un sólo lado
no deja de girar.
En los labios se posa la mentira
y entre las manos la ira.
Tolerancia fingida,
paciencia mal disimulada.
Aislados.
Lágrimas que rompen dentro,
tragando gritos y
en locura perpetua estamos.
Sin mirar el calendario,
ni respetar algún horario,
morimos a diario.
Mas los pies aún se mueven
igual que la inquieta mente;
no vale la pena
llorarle al futuro,
aunque la cabeza duele y
el corazón su ritmo pierde.
Con el miedo de costumbre,
entre cuentas alegres y
tristes realidades,
las mismas palabras
se dicen, se cantan,
se piensan, se callan.
Otro bocado de rutina,
lavarse las manos,
ante la incertidumbre
que se avecina.
¡Buenos días amigo,
sé que estás aquí
para evitar mi caída al vacío
y para arrojarte conmigo!

jueves, 9 de febrero de 2012


Alguna noche, una de esas muertes va a llevar mi nombre.

Tú, descuidada recibes la lluvia, opacos reflejos en la noche te adornan, lunas artificiales que se alargan con la humedad. Obstinado por seguir en vela te recorro, resbalo sobre tu piel, el agua me impide ver tus defectos. Un letargo sigiloso intenta adormecer mis sentidos, la luz fija en el retrovisor y el sonido monótono de la ruta, me hipnotizan; un instante es la vida. Pierdo el control, giran las calles, el túnel se retuerce, mi cuerpo se fragmenta y de pronto todo es olvido. Jirones de piel sobre la tuya, lágrimas disolviéndose en grasa lodosa, sangre corriendo hacia tus venas, por las alcantarillas. Raudo un mal presagio ulula en la avenida, impresionados policías registran otra desgracia, el comité de curiosos observa desde los autos, alguno con respeto se santigua; solitarios rescatistas suben los pedazos de una historia anónima a la ambulancia. En el ingente silencio de la noche anegada, nadie se percata de una sombra que brega contra la lluvia, en su afán de alcanzar el cenit de su esperanza.

sábado, 4 de febrero de 2012

 Mientras pesados grises tapan el inamovible azul, la lluvia de hojas secas cubre un objeto que yace en la banqueta. Es un cuerpo tan desconocido que ya no recuerda ni su propio nombre. Algunos perros callejeros se echan a su lado al percibir un débil calor. Ladran cuando advierten que algún transeúnte distraído pudiera tropezarse con el bulto que custodian. Lastimeros aullidos acallan los leves quejidos,  del cuerpo que lentamente absorbe el frío de los viejos adoquines, debajo de una frondosa Jacarandá, la cual, próvida le ha obsequiado durante la tarde, una sábana de pálidos lilas, amalgamada con la inesperada pertinaz llovizna y tierra de la banqueta.
El frío poco a poco abraza a la noche, los perros advierten el gélido dolor de la tumba improvisada, el viento llora quejumbroso entre las ramas, un cirio de plata se abre paso entre las nubes, campanadas de las tres resuenan en esta calzada vacía, no cesa la llovizna y algunos truenos y relámpagos hacen más lúgubre la escena, acompañando el réquiem de bestiales alaridos, cuando sienten rigor mortis debajo de las flores lodosas.
La calidez de la aurora, delicadamente despierta a la Ciudad, los barrenderos comienzan su faena, barren calles húmedas en la quietud matinal. Uno de ellos se aproxima a la jauría de perros que rodean una silueta abultada de sucias hojas, desconfiado blande su escoba, más intimidado que dispuesto; los cerberos se desperezan, reciben con intimidantes gruñidos al hombre que se acerca, al tiempo que advierten con azoro ausencia debajo del montón de hojas. Con un entendimiento instintivo, claman por última vez, irguiendo sus pescuezos hacia el cielo, luego trotando ágilmente se dispersan.
El barrendero que nada sabe, después de la sorpresa, asesta un enérgico golpe contra el cúmulo ordenado, para descubrir con desagrado, un conjunto de prendas andrajosas y pestilentes, que se han quedado enredadas en su escoba. 
El sol va descollando, inunda los negros cauces con coloridos destellos metálicos.

lunes, 30 de enero de 2012


Necio recuerdo
¿tú no te vas
o yo te retengo?
Me observas, colgado del rabillo de mis ojos. Ignoro donde, pero sé que estás. Acaso es una de las cosas que quiero creer, nada más. Tantas palabras para tratar de entender. Eres el eco sin forma de una vida, muda ilusión en el infinito silencio. Dime si la eternidad es tan vasta y oscura, que a fin de cuentas te sientes como atrapado en un puño que ciega y asfixia. Abro mis ojos en el sueño, aguzo mis oídos, pero no te siento. Despierto creo percibirte, sin embargo no te veo ni te escucho. Imagino que vivo pues aún respiro, pero mis pensamientos son muy confusos. Me empeño en mantener, junto al recuerdo de ti, tu voz y maneras, la risa, abrazos e infinidad de cosas que en su momento juzgábamos verdaderas. Entre tanto eres tan grande, como la inmensa duda que se centuplica en tu ausencia inevitable. Preguntas de angustia pueril, arrinconado vuelvo a sentir un miedo infantil. En el vórtice de la dualidad, sólo encuentro paz al ver tu rostro, silente y fugaz.
Fantasma,
eras alma
en calma,
por carne
y sangre
envuelto;
ahora
al polvo,
a la nada
has vuelto.
Despertaste,
sin huesos
ni latidos,
ingrávido.
Regresaste,
sin aviso,
por miedo
al olvido.
Vete, no temas, luego acudiremos al mismo destino; no muere la esperanza de encontrarnos en el fin y principio de todos los caminos.
Vete, he de morir cuando sea debido, deja ya de trastornar mis sentidos.
Vete, descansa del mundo y su ruido.
Después de
la tribulación,
vuelves a
tu concepción.
Sombra viva,
permite que
la noche
te reciba.

viernes, 20 de enero de 2012


Mis pasos cruzan tu cuerpo deforme, pasan por encima de ti, pero sin detenerse a admirarte; aprovecharte sin respeto es la peor de las costumbres. Uno de tus tantos hijos, sedentarios solitarios, extraviados en tu olvido; sombras necias, desvaneciéndose lentamente. Suben y bajan, te circundan, como perros en las calles, alrededor de una zona prohibida. Tu ser, territorio profanado, única pertenencia de los desheredados, donde los perdedores corremos detrás de la suerte, para caer en otra grieta de tu curtida piel. Ni hablar de tu boca, que escupe con desprecio los besos negados y sólidas mentiras permanentes. Escuchando tus exclamaciones no me puedo concentrar, vociferas todo el día, para seguir cantando de noche una confusa melodía, que sube de tono, acompañando a la luna, volviéndose poco a poco un murmullo resignado, en la espera de ver regresar al sol. Saltan palabras de unas manos ateridas, son para ti, gritan sin voz, embarradas en el muro de un callejón oscuro; el arcoíris termina en el lodo de una calle vieja, sucia y derruida. Cortesana inalcanzable, así en las calzadas más iluminadas y atestadas, como en las callejuelas menos recomendables. Inmortal desconocida, conservas esplendorosos recuerdos en sepulcros vivos, de piedra antigua tu entraña mística, en los casi olvidados rincones rústicos, cimientos impasibles de tu nuevo rostro, tan desfigurado. Me detengo un rato, en medio del rosario de impaciencias, para observar tus nuevos brotes de acero y sus vestidos de cristales coloridos. Sólo en la oscuridad, mientras descansan las ansias que te recorren, desafiada por el alumbrado público, se puede apreciar el universal silencio de tu quietud.