domingo, 10 de julio de 2011

Niebla cubriendo las sombras. Esencias revoloteando al viento. Hoyos negros atravesando la oscuridad. Fuego obstinado por regresar al sol. Lluvia cayendo al mar. Savia sembrándose en sus propias raíces. Sueños sin voz. Música acallada por estruendo. Silencio tapando la boca al silencio. Cuenta regresiva, avanzando en los días. Impulso con ritmo imperceptible, latido infinito. Origen fuera de registro. Principio inmune al fin. Magia libre de razón. Razonamiento sin fronteras. Polvo de la nada, al polvo vivo. Intrusos bastardos, perdidos en la tierra prometida. Ladrones que acechan el secreto, lo vislumbran y después de la sorpresa, caen boca arriba, dejando inconclusa toda empresa. Los acontecimientos se antojan lentos, el futuro es raudo; ayer, actualidad y porvenir, encadenados, son producto engendrador del tiempo. El yo, inmerso en el nosotros, insuficiente para si mismo, del cero a la conciencia, domando la forma, alimentándose de viejas ciencias y pruebas modernas; perseguir la necesidad ilusoria de trascender, liderar, construir algo donde repose su existencia, ser encontrado luego de la muerte. Lo más provechoso es respirar y soñar, flotar sobre las horas, haciendo lo necesario.Pasar incontables veces por el mismo lugar, sin darse cuenta. Tampoco saber con certeza, si es de regreso; en un círculo, el único referente es el centro. Ha sido cortado en infinitesimales segmentos, insignificantes momentos, insignes eventos, todo revuelto volviéndose un desconcierto.