domingo, 25 de diciembre de 2011


Horas perdidas, desaprovechadas.
Pesadillas vivas, fantasías sin vida.
Imágenes confusas, desordenadas.
Alma extraviada en la noche álgida.
Conductas caóticas, desbalagadas.

A la par de la noche navegas,
con escaso propósito divagas,
desesperadamente aire tragas,
aprovechas que nunca lo pagas.

Desorientarse es muy fácil,
entrañando un ánimo frágil,
a merced de la noche hábil,
dueña de una mente dúctil.

Te embelesa de la luna el brillo,
necio le cantas, disonante grillo;
podrías estar en el lar hecho ovillo,
prefieres vagar, empedernido pillo,
alterado, cerca de jalar del gatillo,
en ese mal estado parece sencillo.

Oscuridad, astuta y paciente espía,
tu cordura tan endeble desafía,
te aconseja tentar al mudo destino,
varios inicios para un solo camino,
bien sabes que no es posible forjar,
algo realmente bueno sin trabajar,
lo piensas al andar solo por la calle,
rogando a la buena suerte no te falle.

La noche su tránsito ha terminado,
te deja nuevamente muy ofuscado,
escuchas molesto a los perros ladrar,
martillea en tu cabeza el suave trinar,
pequeñas cosas que parecen burla,
si pudieras borrar cada idea absurda,
esos momentos lograrías divertirte,
pero ahora sólo quisieras dormirte.