lunes, 20 de septiembre de 2010

Haciendo el ridículo, desubicado en el circo de tres pistas, desnudo, indefenso, sin guión ni apuntador. Mirándose al actuar, se aplaude, ríe con sus banalidades, se abuchea y  sigue debiéndose, sin darse un poco de tiempo. Su deseo era hacer la rutina, siempre simpática, de los payasos, sin embargo desde la cuerda floja cayó directo a la jaula de las fieras. Aprendió a rugir, necesariamente violento, mientras encontraba la manera de huir. Cada día fue perdiendo el miedo, siendo uno entre los demás, cordero aullando embravecido, sin identidad, profundamente confundido. Simulaba para no ofender, anónimo anhelando ser conspicuo. El escape fue fácil, natural dejar la careta y dar la cara al temor, en la primera noche fuera, sin ensayos ni poses. Observando en las mañanas el principio del camino, reticente al comenzar y en el transcurso fluctuando entre diversas emociones, obteniendo por pago una inquieta paz, insatisfecho, en ocasiones sintiendo como una condena el siguiente despertar. Robándole horas al sueño, pensaba tontamente viviría más; viendo al sol marcharse manchando las nubes, venciéndose a la negrura, mientras la temperatura aclimataba su ser entero al cero, contemplando templadamente al segundero en el cielo avanzar, en su pausada carrera sumando minutos, completando horas que pasaban en paz; observando a la pálida dama surcar el firmamento, transparentarse y ceder su lugar a la claridad. Despistado al reintegrarse al tumulto, reanudando la monotonía, extrañado de lo cotidiano, saludaba a la insalubre normalidad del caos estacionado. Conformándose con cosas sencillas, paralelamente el entorno se complica más. Buscando pierde, desesperado encuentra y recupera, corta calma en el incierto largo andar. Intenta arrebatarle a la vida todo lo soñado, recibiendo de ella únicamente rechazos, a fin de cuentas admite su total responsabilidad en el resultado de los días desperdiciados. A veces todo parece tan sencillo, en el gris, debajo del techo amarillo y regresa por más.



Nada más porque me gusta.
¡¡LA VELA SIGUE ENCENDIDA,
LA VELA RIFA!!