domingo, 17 de abril de 2011

Todo se volvió palabras.
Las cosas, los sentimientos, los sueños, los pensamientos, los deseos prohibidos, los pecados, las mentiras, los problemas, las frustraciones, la sabiduría, la ignorancia, las necesidades, todos los actos buenos y malos, las sensaciones, hasta lo que no se ve, lo más temido, suposiciones, creencias, leyendas, esperanzas. No existe nada en nuestro mundo que se libre de una palabra para poder ser nombrado; si existe algo inexistente y aún no es palabra, es que todavía no ha sido descubierto, ninguno lo conoce, nadie lo ha pensado ni imaginado. Hasta la palabra nada tiene significado.
P-a-l-a-b-r-a, formada letra a letra, como gotas de agua, contenidas en nube ligera, bajan sutilmente, como rocío refrescante llenando un vaso, amena plática. Se apalabra el pensamiento, se gesta, se manifiesta en obras, diversas formas, sonidos; finalmente llega a ser palabra.
Preciosas palabras, jamás innecesarias, siempre precisas, dando forma a las ideas, caen de la boca como tormenta imprevista. El dialogo monótono e interminable del silencio es interrumpido por una andanada sistemática de palabras.
Razonamientos y acciones, por medio de palabras se representan, letra tras letra, espacios, símbolos manifestando ideas. Lluvia intermitente, charla interrumpida, texto fragmentario. Necesidad que no se sacia con unas pocas.
Palabras acariciantes que se tornan agresivas. Palabras finas en boca soez.
Inesperadamente brotan, impotente para acallarlas me encuentran indefenso, cohíben, dan miedo; amargan la saliva, me perturban, escupo blasfemias, revelando mis sombríos sentimientos, rebelándome a mis principios. De entre los frágiles muros de mi impaciencia, se desbordan intempestivas, hirientes, gritos, amenazas, entre el coraje se vislumbra la violencia.
Turbias de mentiras, secan la garganta, insípidas al decirlas sin razón. Sedientas de expresión, se precipitan desordenadas. Me hacen correr buscando resguardo, mas de ellas esta colmado el continente. Pero no lastiman las palabras, es la intención del emisor y la interpretación del receptor. Palabras sin pies ni cabeza, sin motivo aparente empiezan, se perdió el principio y finalmente terminaran, inevitablemente. Un sol inhumano a de secarlas, ausencia de ideas, sequía, carencia de palabras; se acabarán, moriré de sed calladamente.