domingo, 3 de julio de 2011

Algún día, la muerte me va a matar.
Es algo que yo sé, pero para ella eso es un hecho.
El escritor tiene, siempre, la última palabra; la muerte escribe a diario mensajes de despedida.
Sus dedos largos, recorren las páginas del libro de la vida, conoce todas las historias, desde las más sencillas, hasta las increíblemente complicadas, cuando le place, toma su pluma de tinta invisible, irrumpe en cualquier texto, breve o extenso y anota el fin.
Aunque tiene licencia para suprimir, a veces falla, pero nunca busca venganza, sencillamente afina la puntería y desde su trono inamovible lanza un certero instante, asestando el punto final.
Me inspira a escribir, la muerte, como si los textos fueran contra ella, un repelente.
Imagino a la muerte, sentada en un túmulo de huesos, un torbellino de soles detrás, alumbrándole, ante ella el tomo número desconocido de los anales del universo, hojeando con paciencia infinita, despojada de cualquier animadversión, sus fríos dedos acariciando el papel, sus cuencas vacías proyectando una sombra lúgubre sobre los nombres de la lista, a  veces los tacha de a uno por momento, otras arranca hojas completas, terrible mortandad; pasando revista sin juzgar, es dueña del azar.
Encima de letras y palabras, que quieren florecer, la muerte abre paréntesis, interrumpe frases con puntos suspensivos, finalizando con puras interrogantes.


¡¡Bailemos!!

7 comentarios:

D. dijo...

Hay gente que adora y hace culto de esta buena Señora.
La prefiero alejadita y ya veremos cunado llegue.
Me alivia pensar que tomás La Muerte como una musa inspiradora y no como una especie de obsesión.
Esa descripción visual de La Muerte es apropiada para un buen escritor, es como vos la imaginás.
Habría mucho que decir y nombrar sobre los escrito del tema.
Un abrazo amigo Pherro, en un domingo helado, nevado y gris bastante apropiado para tu post.
Daniel.

María Beatriz dijo...

Morimos cada día un poco, en cada atardecer, en cada despedida...
En una fecha prevista, vendrá la Muerte a robarme el alma a la hora señalada en el Gran Libro de la Vida. Y será un gran alivio que me envuelva con su capa negra. Tal vez me lleve a descansar fundida en los confines etéreos del Nirvana.


Un texto muy bien escrito.

Cuídate, Pherro, nos leemos.
Besos
Maribe

la MaLquEridA dijo...

La muerte nunca llega en la víspera y preparados hemos de estar para cuando llegue.


Un abrazo.

SusyBlog dijo...

siempre hablar de la muerte... mmmh es sacarle la vuelta, en mi caso... jajaaj... :S

Su.

Antony Sampayo dijo...

"La Muerte"!, deja quieta a esa señora, amigo, segundo póst donde la aludes, es mejor ignorarla, odiarla, para ver si se aleja lo que más pueda.

Abrazos.

Siracusa dijo...

Porque temerle a la muerte?? nooo mejor conocerla y hacernos amigos de aquella que nos llevara algun dia. lei hace ya algun tiempo el libro de la ladrona de libros donde nos presentan a una muerte apesadumbrada por su trabajo donde en tiempo de guerra todo mundo la invoca...


saludos!!! muy buena entrada :D

todavia dijo...

Yo la verdad no estoy preparado para morirme. La verdad me da miedo, no lo que traiga la muerte, no lo que venga despues sino el proceso. Me refiero al dolor asociado a morirse: por mas que le busco no encuentro una manera de morir amable... ya sea enfermedad, muerte sorpresiva, violenta o por causa de la vejez todas significan algun tipo de sufrimiento o dolor por el cual no quiero pasar.

Cuando inventen un tipo de muerte que no duela, que me avisen y me apunto con gusto.

Y abrazo, compadre. Fuerte fuerte.