Una
batalla se cierne sobre la Ciudad.
Plomizas
masas confluyen arriba del valle; de norte y sur arriban, impidiéndose el paso
mutuamente, sin remedio se aniquilarán, el viento las impulsa a una conflagración
inevitable. Lentamente oscurecieron la tarde, las calles fueron quedándose desiertas,
nadie quiere presenciar a la intemperie la inminente reyerta. Electricidad
ilumina el vacío y colosales bramidos anuncian la tempestuosa pelea. Titánicos volúmenes
chocan unos contra otros y en un instante se desintegran, millones de agujas,
pinchando la piel citadina, bajan intempestivamente en forma de gruesas gotas,
contra toda superficie, anegándolas; esas nubes se vuelven charcos inmensos en
las calles de la Gran Ciudad. Una andanada de granizo resulta de la brutal
batalla, más rayos partiendo el cielo, más rugidos y violentos aires dominan el
valle, indefenso bajo el acuoso fuego nutrido.
Mas
toda esa violencia es necesaria, porque es vida. Y se piensa que nada cae del
cielo.
Hace
dos horas llueve, parece que nunca ha de parar. Un extenso pueblo fantasma
aguarda impaciente el final de la tormenta.
El
momento más álgido de la lid, es también el preludio de la calma, los
proyectiles se adelgazan, el viento ahora pasa acariciando las empapadas
construcciones urbanas, a centellas y truenos les gana el silencio.
Por
unos momentos se respira quietud.
De
entre los huecos de las agotadas nubes, los rayos del sol retozan con tibia
parsimonia, tocan los húmedos pisos y avivan el estado más liviano del agua,
poco a poco hilos de vapor se elevan hacia la atmósfera, para reabastecer los
arsenales.
Bendita
sea la lluvia.
6 comentarios:
¡Siiii! bendita sea, amo la lluvia, la prefiero al calor extremo no importa que se paralice por momentos la ciudad pero al menos refresca el ambiente, lo limpia.
Besos PHERRITO.
¡Por aquí hay una sequía que parece que no va a terminar nunca..!
Ojalá la bendita lluvia llegue pronto, así, como tú la cuentas, con rayos, granizo, mucha agua y luego...¡De nuevo el Sol de primavera!
Amigo Pherro, ¡Me encantó! :)
Un beso
Oye....
Te leo....muy bien.
Has evolucionado un chingo amigo.
Felicidades.
Y a nosotros nos urge.
2046
En mi ciudad la lluvia trae consigo mucho peligro, pues los arroyos se crecen.
Te felicito, Pherro por la forma magistral y metafórica como narraste un aguacero cayendo sobre tu ciudad.
Abrazos.
Todo lo de la naturaleza es bueno, para ella misma, aunque no lo sea para nosotros, Malque.
Tarde o temprano todo termina, Maribe, pero sólo la naturaleza sabe el momento.
Eso quisiera, Champyngón, pero me gusta tu apreciación.
Lo magistral es como se orquesta un evento de esa magnitud sin la intervención del ser humano, aunque en estos tiempos logramos alterarlos, Antony.
Abrazo fuerte a ustedes, estimados compañeros blogueros, cuídense mucho, que estén muy bien y les vaya de lo mejor, muchas gracias, luego nos leemos.
hemos confundido el buen tiempo con la felicidad
definiendo buen tiempo por el sol
sin pensar que la lluvia además de biológicamente necesaria es anímicamente imprescindible
un saludo!
RAUL
Publicar un comentario